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2 comentarios »

1. Estimado amigo Héctor: agradezco infinitamente su último comentario. Deseo referirme a él porque creo debí ser más claro y menos agresivo. No sé si lo poco que ahora escribo llegará a su poder. Mi computadora está totalmente fuera de
   control, de manera que hasta que me la devuelvan repuesta no podré enviarle ni siquiera un mail,aunque lo intentaré.
   Es mi deseo que si no recibe nada o aunque sea estas líneas,no hay otro motivo que ese desperfecto del que no tengo ni idea porque es. Lisa y llanamente no arranca y estoy probando con Firefox. Quiero y reitero que sepa que le estoy
   muy agradecido, comparta o no algunas cosas que escribimos. Nada es serio.Solo para mí este ordenador que impide, inclusive, que me comunique con mi único hijo por Skype a España, donde vive. Reciba un gran abrazo, y DIOS quiera que pronto esta parte técnica esté solucionada. Elías

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   Comentar por Elías Ruben Matusevich | 23 mayo, 2014 | Responder

2. El Evangelio de hoy es, aparte del contenido divino del mismo, una glorificación de la relación entre DIOS PADRE Y JESUS que, desde ya señalo, todos tenemos que tener muy en cuenta en la vida terrenal, para que en la medida de nuestras
   posibilidades, tomemos permanentemente como ejemplo para enriquecerla. JESUS, a traves de sus innumerables ejemplos y conociendo a fondo la misión que DIOS PADRE le había encomendado, aporta todos los elementos para que podamos conducirnos por la ruta que nos lleve al reino celestial. Hemos para ello, tener una actitud positiva en esta vida,llena de AMOR, sin egoismos, rencores, bajezas de espíritu. JESUS lucha permanentemente contra lo negativo, pues así cumplirá
   totalmente su misión que, como está comportándose la humanidad actual, no es nada fácil. Pero no hay quien, en última instancia pueda impedir que triunfe, glorifique a su Padre, glorificación que es mutua, pues uno es para el otro lo mismo que el otro para uno. Quiero que reflexionemos todos los beneficios espirituales que esa fusión trae consigo, una de las cuales provoca que quienes quedamos en la tierra, estaremos preparados para emprender el camino hacia la
   perfección, insisto, siempre que cumplamos con los preceptos de quien, adquiere aparte de realidad el carácter de verdadero símbolo al aceptar morir crucificado cruelmente para llevar a buen término el encargo del PADRE.

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   Comentar por Elias Matusevich | 24 mayo, 2014 | Responder

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